martes, 21 de enero de 2014

¡Muérdeme! / Christopher Moore

Esta mañana me he despertado muy temprano, como siempre, pero en vez de darme la vuelta y seguir durmiendo he decidido levantarme, tomarme un café y leer. Y como suele ocurrir en estos casos, he terminado la novela que estaba leyendo. Una de ellas, porque es raro que tenga menos de cinco novelas empezadas al mismo tiempo. Ya solo me quedan cuatro, pero no os preocupéis, hay muchas probabilidades de que empiece una nueva en breve. Para no perder la costumbre.

¡Muérdeme!
Christopher Moore

Bite me! 320 páginas, 2010, edición del 2011, Traducido por Lorenzo F. Díaz Buendía. La Factoría de Ideas.

¿Por qué empecé a leerlo?
Porque ya me había leído los dos anteriores y porque me leo cualquier cosa que ponga Christopher Moore en la portada. Suelen ser divertidos y entran solos. No es Pratchett, pero ayuda.

¿De qué va?
Tercera entrega de "Una historia de amor" la trilogía de vampiros en San Francisco de Christopher Moore (los libros anteriores son "La sanguijuela de mi niña" y "¡Chúpate esa!", en el original "Bloodsucking friends" y "You  suck", porque para variar las coñas marineras al traducirlas se quedan en nada). Hacer una sinopsis de ésta es reventar las dos primeras, por tanto me limitaré a decir como empieza la primera: Una noche Jody se despierta debajo de un contenedor. La única parte de su cuerpo que quedaba expuesta, un brazo, está calcinada, pero se recupera rápidamente: ahora es un vampiro. No sabe ni cómo ni por qué, y no tiene ni idea de qué hacer a continuación, pero la logística se vuelve complicada cuando no puedes moverte durante el día, así que el primer paso en su nueva no-vida es conseguir a un pringao humano que le haga los recados durante las horas de luz. LLámalo esbirro. O novio. Lo que más rabia te dé.

Opinión:
Como ya he dicho, Christopher Moore no es Pratchett, pero los dos manejan el mismo género, el humor. En lo superficial podríamos decir que Pratchett escribe fantasía y Moore sobre todo terror sobrenatural, pero eso son tonterías. Pratchett es inglés y se le nota. Moore es norteamericano y se le nota todavía más. Pratchett no evita lo escabroso, pero lo describe con mucho tacto. Moore se recrea, porque es un poco cochino. Pratchett le tiene mucho cariño a sus personajes, rara vez se los carga. Moore puede que también los quiera, pero los putea sin piedad. A los dos se les da bien el absurdo y la caracterización de personajes, aunque para Moore nadie es sagrado, es decir, todavía no he visto en ninguna de sus novelas una figura de Autoridad Indiscutible, con mayúsculas, mientras que las de Pratchett están plagadas de ellas (Yaya Ceravieja, Vimes, Vetinari... gente que tiene sus debilidades, pero en su campo son imbatibles). Moore es más realista. Todos somos humanos. O no-humanos. En fin, que nadie es perfecto. Aunque por definición lo sea (tiene una novela sobre Cristo, no digo más).

Si sigo comparando a los dos no voy a parar, pero es que tienen un rollo muy parecido. Si te gusta uno es muy dificil que no te guste el otro, a menos que seas la persona más tiquismiquis del mundo. Si tengo que juzgar diré que Pratchett es mejor, pero a falta de Pratchett, ojalá hubiera más Moore pululando por el mundo.

Y ahora vamos con las novelas. Lo adecuado es leerlas cronológicamente, porque aunque parezca que no tienen nada que ver, están llenas de cameos. En esta concretamente tiene personajes comunes con "Un trabajo muy sucio" y se citan hechos concretos de ese libro, lo que es justificable porque ambas tramas suceden a la vez en la misma ciudad (toda la trilogía de los vampiros sucede al mismo tiempo que la otra novela, que tiene elipsis temporales de años, mientras que la trilogía va casi toda seguida, a piñón fijo) y algunos personajes se conocen entre sí. Sinembargo también hay un personaje de "Aleta", lo que no tiene mucha justificación más allá de que al autor le haya caido simpático y lo quiera repetir por gusto, porque esa novela transcurre entera en Hawaii.

En esta novela, creo que por primera vez (no recuerdo que lo hiciera en las anteriores o en ninguna otra) los capítulos tienen como título el nombre del personaje en el que se centra la narración, al estilo GRR Martin, o incluso están escritas en primera persona, como en el caso de los capítulos de Abby Normal, la adolescente gótica pasada de vueltas, porque son entradas de su blog. Me parece que Abby entra en la historia a la altura de la segunda novela, no recuerdo si ya usa el recurso de su blog. No me suena.

En fin, si tengo que dar una opinión concreta de este libro, diré que tenía a los de los vampiros como los más flojillos del autor ("Bufón" es el que menos me ha gustado, todo hay que decirlo, es el Rey Lear desde el punto de vista del bufón de la corte, y resulta un poco cansino para mi gusto, todos andan demasiado salidos, es cierto que en la época no había tele y en algo se tenían que entretener, pero aun así... además creo que pierde mucho con la traducción porque el autor intenta meterle jerga cockney, que por lo visto se basa en rimas, y traducido suena muy ortopédico, como una coña de "El Informal" estirada hasta lo imposible), pero ya que la trilogía está completa creo que se sostienen bien. El truco está en leerse los tres seguidos. Así todo tiene sentido. Y a ser posible, entre medias leerse "Un trabajo muy sucio", que para mi gusto es mucho mejor novela.

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