Pues hoy tampoco le he dedicado mucho tiempo a esto de dibujar, así que os pongo el boceto guarripeich que he hecho en IllustStudio. Hay mucho que corregir y mucho que pulir, y el brazo de Jarreth es como para matarme lentamente, pero bueno, ya se andará.
y encima de todo eso me estoy metiendo en camisa de once varas, porque del boceto este medio cutre que he hecho creo que podéis deducir qué es exactamente lo que quiero dibujar, y me va a dar un pasmo cuando tenga que hacer la ropa. Creo que voy a tener que medio inventarla medio disimular los detalles a base de brillos, porque no hay capturas con una calidad medio decente en que ver los detalles. Como mucho se intuyen. En fin, hace tiempo que quería dibujar esta escena. Si avanzo con ello lo iré posteando.
Hoy no he cogido el lápiz, echaba de menos la tableta, así que he aprovechado para practicar un poco con una chica random en IllustStudio. Además, como va por capas y me mola el boceto, eso me permite hacer pantallazos y plantar un work in progress en plan guay. No la he terminado, tendré que colorear más tarde o más temprano, pero de momento la enseño. Picad para verla a tamaño decente.
Hoy le he dado los últimos toques a un vestido para una de mis muñecas. El vestido estaba casi terminado desde hacía tiempo, pero soy vaga y lo había dejado estar durante semanas. Admito que agradecería un toque de plancha.
La muñeca se llama Gwyneth. Aprovechando la coyuntura le he enchufado con el flexo y le he hecho unas fotillos a la pobre muchacha. Hay que ver las cosas raras que hace mi cámara en automático.
Debería subirlas a facebook, a un grupo que se llama dailydoll donde la gente pone sus muñecas, una por día, pero me temo que la mitad de las mías están poco visibles y me da vergüenza enseñarlas. A todas les falta algo, si no es ropa, es maquillaje decente, o peluca apropiada. A esta le faltan pestañas, sin ir más lejos, y el maquillaje tampoco es la octava maravilla, pero es que nunca me decido a poner pestañas porque se caen con facilidad pasmosa. Y ahí las tengo, arrinconadas, esperando el santo advenimiento.
Esto no es dibujo ni reseña, pero si he puesto el broche que hice también puedo poner la ropa de BJD. Qué puñetas. Le he cortado la cabeza al bicho porque está sin pelo ni maquillaje y en esas condiciones son un poquito Gollum, así que os ahorro el sufrimiento.
Estoy muy orgullosa de la camisa, con sus botoncitos de verdad, que se abrochan, porque el viejo truco de poner automáticos detrás me resulta más coñazo que abrir ojales, la verdad. Rara que es una. El pantalón es lino sin teñir, que tengo retalitos por casa y queda precioso, aunque no haya forma humana de plancharlo. A lo mejor le hago una chaquetita a juego y le cambio el lazo, que no le pega mucho ese color, pero de momento ahi se queda. Dos tardes de trabajo bien aprovechadas, que los chiquitines son muy agradecidos.
Entre los trailers de la nueva temporada y que me estoy escuchando los Podcasts de Hielo y Fuego tengo un monazo de Juego de Tronos que no puedo con él. De resultas de lo cual hoy he dibujado a Tyrion. Que no es nada fácil, por cierto. La referencia es Peter Dinklage, aunque no se le parece mucho, la verdad, con algunas concesiones al libro, como el pelo más claro o los ojos de distinto color. Tyrion antes del hachazo en la cara, claro. No tengo yo ánimos para dibujarlo después, más que nada porque no quiero ir a buscar referencias a google imágenes y acabar traumatizada. Los que no lean los libros a lo mejor no lo saben, pero esa cicatriz diagonal tan maja y tan viril que le ponen en la serie... en los libros es un tajo que le deja sin media nariz. Y como que no apetece. Brrr.
Sí, ya se que ayer acabé un libro. Pues hoy he acabado otro. Cómo se nota que llevo dos días de viajes largos en metro... El antropólogo inocente Nigel Barley
The Innocent Anthropologist: Notes from a Mud Hut, 235 páginas, 1983, edición de 1995, Traducción de Mª José Rodellar. Anagrama.
¿Por qué empecé a leerlo?
Cuando me dio por estudiar antropología salieron unos cuantos títulos a tener en cuenta. Siempre pasa. Este era uno de ellos. No se puede decir que te lances a comprarlos, pero si los ves en la biblio te los llevas. Matemático.
¿De qué va?
No es una novela, tampoco es un estudio antropológico. Es lo que le pasó al autor, antropólogo, cuando hizo caso de los consejos que le daban y se decidió a viajar a Africa y hacer trabajo de campo. En mala hora: Burocracia corrupta hasta límites surrealistas, malentendidos grotescos, nativos gorrones, cochinadas, la salud a la mierda, el dinero perdido a manos llenas...
Mi opinión
Se supone que es un libro de humor. Al autor maldita la gracia que le hacían esas cosas cuando las estaba sufriendo, pero no tiene ningún problema en relatar sus desdichas con esa típica capacidad de reírse de uno mismo (y del de enfrente) que tienen los británicos. Hay partes muy graciosas, también hay momentos en que te preguntas si no está exagerando, porque no te puedes creer que sea verdad todo lo que cuenta. Aunque seguramente lo es. Tengo que admitir que cuando se centra en su trabajo de campo, en los resultados, no en el trabajo de campo mismo, que es de lo que trata el libro, sino en lo que se supone que ha ido a ir a Africa, resulta un poco pesado. No te cuenta mucho y lo poco que cuenta no es suficiente como para seguir el hilo, pero da igual, más tarde o más temprano volverá a pasarle alguna burrada interesante.
¿Lo recomiendo? Sí, está bien. Siempre es bueno leer que, sea cual sea su cultura o su origen, los seres humanos somos todos iguales. Igual de capullos, quiero decir. Sólo cambian las formas. Ah, y que los chistes de pedos suelen hacer gracia en casi todas partes.
Horns, 464 páginas, 2010, edición del 2011, Traducido por Laura Vidal. Punto de Lectura.
¿Por qué empecé a leerlo?
Porque hace tiempo encontré un libro en las rebajas de no se donde que se titulaba "Fantasmas" y era de relatos de terror, y contrariamente a mi constumbre, no lo compré porque tampoco estaba tan rebajado y no conocía de nada a su autor, Joe Hill, y no tenía tiempo para leerme el relatillo más corto que hubiera a pie de estantería, que es lo único que se puede hacer en esos casos para calcular el valor del ejemplar, en esta vida en la que se publican cosas tan raras y a veces tan poco dignas de publicarse. Y luego supe quien era y leí cosas suyas y me di de cabezazos contra la pared. Así que si ahora pone Joe Hill en la portada, me lo leo.
Por cierto, mi criterio de compra de libros en rebajas es el siguiente:
* Hasta 3 euros: p'a la saca. Muy chugo tiene que parecer para que no me seduzca.
* Hasta 6 euros: si es antología de cuentos y conozco al menos a dos de los autores (y se que son buenos), p'a la saca.
Conozco al autor y me gusta: p'a la saca.
Tengo un día tonto/ la contraportada es seductora/ es un tocho inmenso y no tiene mala pinta: p'a la saca.
* Hasta 12 euros: solo comprar si es un libro que ya quería de antes. Normalmente por ese precio o menos ya tienes la versión bolsillo, y odio los libros que pesan un quintal porque no los puedo sacar de casa, mi espalda se resiente. Así que me lo pienso mucho.
Por supuesto, estamos hablando de rebajas. Si quiero un libro mucho mucho mucho, voy directamente y me lo compro al precio normal. Normalmente en bolsillo por las razones anteriormente mencionadas y porque con lo que cuesta uno normal me compro dos de bolsillo.
¿De qué va?
La vida de Ig Perrish es básicamente una mierda desde hace un año, cuando su novia de toda la vida apareció violada y asesinada en un descampado, y todo el mundo pensó que había sido él. No pudieron procesarle porque no había pruebas en su contra, pero tampoco se encontró al culpable, y la creencia popular es que se libró porque su familia es rica y su padre y su hermano músicos famosos. Pero nadie quiere saber nada de él. En cierto modo, él tampoco. El problema es que un día se levanta con una resaca enorme y un par de cuernos saliéndole de la frente, y todo empieza a volverse cada vez más y más extraño.
Opinión:
Lees la sinopsis y piensas "pero qué coño..." Lo sé, es lo que pensé yo. La primera vez que oí hablar de este libro fue cuando se anunció que estaban rodando una película con Daniel Radcliffe como protagonista. La noticia venía acompañada de una foto del actor caracterizado y, la verdad, me quedé muy flipada. ¿Cómo se puede hacer una novela con esta premisa? A un chaval le salen cuernos en la frente. Un WTF muy grande. Pero el autor de la novela es Joe Hill, al que ya conocía e idolatraba por el comic Locke & Key, así que lo marqué mentalmente como "esto hay que leerlo". Aunque solo sea por curiosidad.
Joe Hill es el hijo de Stephen King, no hay crítica literaria suya en que no se mencione, el hombre intentó evitarlo cambiándose el apellido, pero la verdad es que se parece un montón a su señor padre, es inevitable asociarlo. Bueno, es un poquito menos feo, será mérito de su madre, supongo. Pero en el tema de la escritura tampoco se le parece tanto. Sí, también escribe terror, pero la impresión es distinta. Por ejemplo, Stephen King tiene momentos en que se enrolla como una persiana, y de momento a su hijo no le he pillado en esa falta. No he leido suficientes novelas de ninguno de los dos como para ahondar en este asunto, tendréis que fiaros de mi.
En cuanto a la novela, esa premisa que tan rara me parecía está perfectamente resuelta, tiene intriga, engancha. El autor juega con la linealidad haciendo flasbacks, cambios de perspectiva, cuenta dos veces la misma escena desde dos puntos de vista... en fin, es interesante, es muy recomendable. Advierto que en la historia hay asuntos morales y religiosos en los que se puede estar más o menos de acuerdo, pero desde mi punto de vista es la perspectiva de los protagonistas más que la del autor. Se puede estar o no de acuerdo con ellos, pero no resta valor a la historia.
Y ya que esn esta novela hay más de una, y más de dos alusiones a los Stones en general y a esta canción en particular:
La cazadora de erratas que hay en mi no se puede resistir a decir que han un fallo de raccord, por llamarlo de algún modo: en un momento de la novela el protagonista coge una cosa y va a un sitio. Suelta su monólogo, y luego vuelve sobre sus pasos y recoge la cosa que... espera un momento... ¿no la llevaba en la mano? Ups.
Todos los años hago una postal de San Valentín para mi respectivo, solo que para nosotros no es San Valentín ni el día de los enamorados ni nada de eso, es el Día de los Gatos Morados. Y punto. Así que sean dibujos, sean fotomanipulaciones, sea lo que sea, siempre cae un gato morado el 14 de Febrero. Un día voy a tener que hacer un recopilatorio de gatos morados de otros años, seguro que están por aqui por el disco duro, desperdigados.
En fin, es un dibujo y lo he hecho hoy, así que es el dibujo de hoy. Ea.
Esto es una iniciativa en Facebook para que los ilustradores se dibujen a sí mismos con sus galas de trabajo, que suelen ser pijamas, batas y cutreces variadas. Es muy divertido, echad un ojo: https://www.facebook.com/groups/Culokarpeta/
Pues eso, que como tengo que dibujar algo me he subido al carro y me he dibujado a mi misma con mis pintas de casa. Normalmente cuando me hago un retratillo suelo ponerme los ojos grandes, en plan guay, pero para qué nos vamos a engañar, mis gafas son culos de vaso y lo que se ve con ellas puestas son poco mas o menos que dos puntitos, así que...
Otro personaje de la Corte de los Espejos. El otro día me decía Concha que nadie le dibujaba a Yirkash, su goblin majete. Pues ahi está. Vagamente inspirado en Robert Carlyle, porque si alguien tiene cara de goblin en esta vida, es él. Sin ánimo de ofender.
Hoy no he dibujado, pero he cosido, algo es algo. Esto de coser oyendo podcast es muy entretenido. Es un broche de fieltro, hace días vi una sirenita un poco cutre en una tienda y pensé "yo lo hago mejor". Y ahi está. No ha quedado mal del todo.
Una chica random con un jersey de cuello oversized de esos, porque estoy poco creativa y lo que me sale cuando empiezo a dibujar sin saber qué suele ser una chica. Para el cuello del jersey he tenido que buscar referencias, porque dibujar ropa me mata lentamente. No se que le pasa al scanner, que sale con esa sombra oscura...
Por lo general cuando quiero dibujar de otra manera lo que hago es elegir una ilustración de otra persona y copiarla. Así como suena. La copio lo más fielmente que puedo y luego escojo un motivo distinto (pero no mucho) e intento dibujarlo como lo haría esa otra persona, confiando en que la mano tenga memoria y se acuerde de lo que acaba de hacer. Sé que parece una tontería, pero funciona. La puñetera se acuerda. ¿Cómo creéis que aprendí a dibujar, si no? Pues como todos, copiando. Veía algo que me gustaba y lo copiaba. Desde Disney al manga, pasando por las estampas de vírgenes con niño que hacía para las felicitaciones de navidad (coloreadas con plastidecor). Hace años cambiaba ligeramente de estilo de tanto en tanto, hasta el punto que hubo una época en que dudaba de tener un estilo propio. Pero lo tengo, claro. Cuando no estoy copiando nada, cuando no tengo un modelo delante, las cosas que dibujo son bastante uniformes. Este blog está lleno de ellas.
Así que hoy he cogido el block y me he preguntado a mi misma ¿qué quiero dibujar? Tengo muchas cosas pendientes, tengo los cuentos de hadas de la semana y los personajes de Concha y hasta me han pedido un retrato, y algún día me animaré con los chistes de gatos (que tengo unos cuantos en el tintero) pero ahora mismo, cuatro de febrero del dos mil catorce, lo que me apetecía era dibujar algo distinto. No en el tema, sino en el estilo (el tema de nuevo no tiene nada, es la tercera vez que dibujo a Merlin, justo estoy viendo la serie estos días). Y por una vez sin copiar activamente a nadie. A ver qué salía.
No sé que os parece a vosotros. A quien os recuerda. A mi me gusta.
También conocido como Mini-Marsias, el pequeño sátiro de La Corte de los Espejos, descubriendo la botánica. No descartamos que una vez arrancado el narciso no le de por comérselo. Son cosas de niños. O de cabras. O de los dos a la vez.
Lo de los collares es porque siempre he pensado que de vivir en este mundo Laertes sería uno de esos niños que siempre llevan calcomanías en los brazos y todo tipo de chorraditas de plástico de pokemon o gormitti o lo que sea que esté de moda. Poco le he puesto. Creo que empezará a llevar ropa en el mismo momento en que se de cuenta de que existen los bolsillos.
Otra vez. Porque soy bastante monotemática. Uno al mes no es tanto, hombre. El dibujo de cuento de hadas de la semana se me ha ido totalmente de la cabeza, tendré que hacerlo mañana. En fin. Mientras tanto, este festival del grafito.
Se supone que lo de detrás es una escalera, no se ve porque lo he difuminado alegremente con el canto de la mano, tan feliz yo. No sabéis como lo tengo. Brilla. Menos mal que el lápiz es solo del B1, llega a ser más blando y me hago un cosplay accidental de elfa oscura, así, a lo tonto.
